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La ricina y el paraguas búlgaro que asesinó a Markov

Escrito por Quimitube el 15 septiembre


El asesinato de Georgi Markov

Hoy os traemos otra de esas historias de espías y de envenenamientos que tanto nos llaman la atención. Hace ya un tiempo os hablamos del asesinato de Alexander Litvinenko (ruso) y más recientemente del intento de asesinato de Víktor Yúshchenko (ucraniano); en esta ocasión hablaremos de un asesinato bastante más antiguo: el de Georgi Markov.

Georgi Markov fue un químico y escritor búlgaro nacido en 1929. En el año 1969  se marchó a Londres por su disidencia con el régimen comunista de Todor Zhivkov impuesto en Bulgaria desde 1962. En Londres trabajó en la BBC y también en una emisora, Free Europe. Desde sus programas radiofónicos criticaba con gran severidad al régimen comunista imperante en Bulgaria. Era, por tanto, un disidente molesto e influyente que tenía a su disposición un gran altavoz mediático para extender sus denuncias, y eso lo hacía tremendamente incómodo para el gobierno búlgaro (y para la Unión Soviética, muy probablemente). Así que el régimen de Zhivkov decidió «silenciarlo» en 1978 mediante un método, cuanto menos, sofisticado. Se denomina «el paraguas búlgaro», nombre dado a un arma utilizada por los servicios secretos búlgaros que consistía en una pequeña pistola de aire comprimido camuflada en el extremo de un paraguas. La pistola era capaz de inocular a la víctima un pequeño perdigón que contenía una cantidad letal de veneno. En el caso de Markov, el veneno inoculado fue la ricina, cuyas características químicas y toxicológicas comentaremos posteriormente.

Fotografía de Georgi Markov, asesinado con ricina

Georgi Markov. Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Georgi_Markov

Ocurrió el 7 de septiembre de 1978, en una parada de autobús sobre el río Támesis. Markov sintió un pequeño pinchazo causado por un hombre que manipulaba un paraguas. Este pidió disculpas y se alejó, y el búlgaro pensó que se había tratado, simplemente, de un pequeño accidente. Sin embargo, el hombre del paraguas, según se cree por investigaciones posteriores, era un italiano de nombre Franceso Gullino «Picadilly» que todavía sigue vivito y coleando por una ciudad europea, con posibles implicaciones no confirmadas del KGB. Markov empezó a sentirse mal, con fiebre, horas más tarde; tardó en morir tres días en un hospital. Puesto que él mismo comentó a los médicos todo cuanto había ocurrido, las sospechas de que había sido envenenado no se hicieron esperar y, tras su muerte, se realizó una autopsia exhaustiva y se determinó que el veneno había sido la ricina, sustancia procedente de la planta del ricino. Dicho veneno se encontraba en una pequeña esfera metálica (platino e iridio), introducida bajo la piel de Markov, de 1,52 mm de diámetro y con dos orificios de 0,35 mm. Los orificios estaban cubiertos por una sustancia diseñada para fundirse a una temperatura aproximada de 37ºC, lo que posibilitó que el veneno se liberase y entrase al torrente sanguíneo una vez introducida la bolita metálica bajo su piel.

La ricina, asesina de ribosomas

La ricina es una toxina que se extrae de las semillas de la planta ricinus communis, y su letalidad se debe a su capacidad para inutilizar los ribosomas (esos pequeños corpúsculos tan sumamente importantes que han valido ya más de un Premio Nobel ellos solitos), deteniendo así la síntesis de proteínas en las células eucariotas y llevando, por tanto, al individuo a la muerte (las células se encaminan hacia la apoptosis). Se trata de una proteína de unos 400 aminoácidos (clasificada dentro del grupo llamado RIP, proteínas inactivadoras de los ribosomas), cuya estructura es la siguiente:

Estructura química de la proteína ricina

Estructura química de la proteína ricina, que actúa inactivando los ribosomas de las células eucariotas y causando su apoptosis. Presenta una cadena A, que es a la que se debe su toxicidad (en azul, con muchas hélices alfa), y una cadena B (en naranja, con muchas láminas beta).  Fuente: Wikipedia

La ricina es una de las toxinas más mortíferas que han sido descubiertas (si bien otras, como la toxina botulínica, la superan). Una sola molécula puede matar una célula. También es una toxina muy común. La planta de la cual se extrae puede encontrarse en jardines y áreas silvestres alrededor del mundo y está en grandes cantidades en el aceite que la planta produce. Las semillas están envenenadas con la toxina: aproximadamente 8 semillas pueden proveer una dosis letal (en torno a 1 miligramo para un adulto, dependiendo de su masa, aunque inhalada o inyectada disminuye la dosis requerida). Causa hemorragia intestinal, diarrea, vómitos, deshidratación e hipotensión. Ha sido clasificada por el CDC (Centre for Disease Control and Prevention estadounidense) como una seria amenaza por su posible uso como arma biológica en la guerra y el bioterrorismo, ya que es fácilmente purificable en grandes cantidades aunque, afortunadamente, es difícil su dispersión en una forma que sea mortal para grandes grupos de personas. Ha sido usada, sin embargo, en ataques puntuales y dirigidos. Más allá de la muerte de Markov que hemos comentado, la inhalación del polvo de ricina es mortal y algunos políticos han recibido sobres que lo contenían. [1]

La ricina usa una estrategia muy efectiva usada también por otras toxinas de plantas y bacterias, como la bacteria del cólera. Cuando una persona recibe una dosis de ricina, millones de moléculas se unen a algunos carbohidratos de la superficie celular y ciertas chaperonas las introducen en las células. Como hemos dicho, basta una de estas moléculas en el interior de la célula para provocar la apoptosis, ya que una sola cadena A (se fragmenta al entrar en el citoplasma) destruye ribosomas a una velocidad de 1500 por minuto. La molécula de la ricina es capaz de romper una unidad funcional esencial de cada ribosoma  (una base adenina) sin unirse a él permanentemente, por lo que los va destruyendo en cadena y dejándolos todos inoperativos. [1]

Secuencia de aminoácidos de la cadena A de la ricina

Secuencia de aminoácidos y motivos de estructura secundaria (principalmente hélices alfa) de la cadena A de la ricina, a la cual debe su toxicidad.

Sin embargo, no todo es malo en esta proteína. En la actualidad se están llevando a cabo estudios para  utilizarla como terapia contra el cáncer, mediante la formación de una inmunotoxina, es decir, una molécula con la capacidad de un anticuerpo para unirse específicamente a una célula y la toxicidad de la ricina, de forma que la terapia pueda matar únicamente las células cancerígenas y no las sanas.

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Más información:

[1] https://www.rcsb.org/pdb/101/motm.do?momID=161

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Un comentario

  1. […] El escritor búlgaro Georgi Markov fue asesinado por inoculación de una esfera con ricina bajo su piel mediante un arma de aire comprimido con forma de paraguas.  […]

    La ricina: la potente toxina del asesinato del ..., 10 Años Antes Responder


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